domingo, 5 de junio de 2011

Cámeron...


Pocos chilenos saben que es Cámeron, los más pensarán que es un apellido inglés, o alguna artista renombrada. Son pocos los que saben que Cámeron es el nombre de una pequeña Villa ubicada al Sur de Bahía Inútil en Tierra del Fuego, la cual es capital de la comuna de Timaukel. Menos aún sabrán que dicha Villa está ubicada en la boca del cañadón que un pequeño estero abrió en el correr de milenarios años por el constante fluir de sus aguas para ser vaciadas en el borde sur de esa gran Bahía ubicada en el interior del Estrecho de Magallanes, cuyo nombre describe la razón de por qué los marineros la denominaron Inútil. Si, porque quien navega por sus aguas no llegará casi a ninguna parte, salvo al interior de La Tierra de Los Fuegos.


 País de los antiguos onas y que hoy dividida en dos pedazos siguiendo una línea vertical tipo meridiano que va desde la ribera sur de la boca oriental del Estrecho de Magallanes hasta tocar el Canal Beagle, el mas meridional pertenece a la Argentina. El Otro, es parte de esa larga y angosta faja de tierra que llamamos Chile, mi país, el país de mis padres y de aquella extraordinaria raza de indios espigados“Los Onas” (1)que fueron brutalmente aniquilados hasta el exterminio por los colonizadores. Si. entre ellos no dudo que estuvo aquél Alexander Cámeron, de donde heredó el nombre aquel pequeño villorrio donde hace casi 30 años viví yo por un año... En ese entonces su población eran apenas unas 80 personas, entre las familias de los socios de la sociedad Cámeron una veintena de rudos descendientes chilotes y alguno que otro descendiente de los ingleses que constituyeron la antigua Sociedad explotadora de Tierra del Fuego. Recuerdo aquel hombrón de rostro contrahecho y colorado (por la piel blanca gastada y curtida por el frío viento fueguino) Humberto Wooldridge, de mirada franca, y mano abierta, exento de malicia y hospitalario para todo aquel que con sencillez llegaba hasta su casa. mis lembranzas también incluyen a los Guineo, Barría, Bontes, Farías, Andrade, y muchos otros esforzados chilenos en lucha constante contra la inclemencia de la naturaleza, donde el frío rompe la piel y escarcha aun los caños del agua que por descuido se entierran a menos de un metro de profundidad.

Acabo de ver las fotos que el diario la Tercera publicó hoy en http://diario.latercera.com/2011/06/05/01/contenido/la-tercera-el-semanal/34-71553-9-larrain-en-sus-dominios.shtml. Ello me hizo recordar mis días en esos fríos parajes. Tenía 28 años, recién egresado de la Universidad. El Alcalde (designado por Pinochet), era otro descendiente de los antiguos colonos ingleses que llegaron a la isla grande de Tierra del Fuego para criar ovejas y hacerse "la América",  en una época y en una zona casi sin ley y rica en yacimientos auríferos y muy apropiada para la crianza de ovejas y la producción de lana; Fernando Callahan Giddings, un mozalbete en ese entonces con poco mas de 23 años, pero acérrimo partidario de "Pinochet y sus boys"..Guardo buenos recuerdos de él y de su familia,. Pero bueno, volvamos al tema principal: Cámeron. La villa está a 150 kilómetros al sur de Porvenir y el sinuoso camino rodea casi toda la Bahía Inútil. En ese entonces de duro ripio lleno de “calaminas” y de hoyos por doquier. (Entiendo que no ha mejorado mucho en los últimos 30 años, merced a la desidia de los gobiernos y a su falta de visión para mejorarlos y permitir que ellos lleguen hasta el Beagle). En ese entonces, era común “toparse” con arreos de millares de ovejas que tapaban  grandes trechos del camino, guiadas por unos pocos “ovejeros” a caballo  y sus hábiles perros. Había que armarse de paciencia y literalmente parar el vehículo hasta que cruzara todo el rebaño.

Llegué soltero a trabajar allí,  y me instalé en una de las casas que el municipio tenía para sus funcionarios. Un día, la villa se llenó de ovejas. Eran ovejas y mas ovejas que pasaban lentamente por la calle-camino que va por el centro de la villa en dirección al sur. Ese día me aburrí de contar ovejas, estuvieron pasando el día todo debido a que sus dueños estaban mudando los rebaños para áreas de pastoreo ubicadas mas al interior de la gran estancia Cámeron.

En primavera y el verano era común tener en el campo de fútbol de la villa, una gran bandaba de canquenes y alguna que otra avutarda (Canquenes, gansos salvajes, la hembra de menor tamaño de color café jaspeado, el macho de plumaje blanco con algo de gris y negro). Sobre el alto peñón oeste de la desembocadura del estero los cormoranes anidaban y en la playa al este era posible hallar muchos erizos y mauchos en la marea baja que sigue a las sizigias. También millares de patos salvajes recorrían las playas en busca de pulgas de mar o simplemente para retozar al pálido sol.

La vida de su gente es tranquila, aparte del duro lidiar con la crianza de ovejas y el clima adverso, el tiempo allí pasa lentamente. Las familias cultivan papas y alguna que otra hortaliza en improvisados  invernaderos, comen mucha carne de “capón” (borrego macho castrado para poder cosechar su lana año  a año) y pocas verduras y frutas. ( Hago la excepción que en la villa se mataba regularmente un vacuno cuya carne se vendía entre los pocos vecinos que allí vivíamos. Aún puedo ver el antiguo matadero ubicado en un barracón situado junto al mar, en la foto de Google maps incluida al comienzo). Los refrigeradores eran escasos, la carne se conservaba en “mosquiteras” situadas en los patios de las casas o bien junto a sus ventanas, allí la carne se congelaba por el frío que impera la mayor parte del año. 


Conocí casi todos los lugares habitados de la comuna. Me impactaba la vida de anacoretas que realizaban los “puesteros” (2). Ellos vivían a cargo de grandes rebaños en casas viejas o cabañas improvisadas  solos, en compañía de uno o dos caballos y una jauría de perros ovejeros. Se alimentaban de carne de capón y mate. Las mesas de sus cocinas y casi todo allí, estaban impregnadas con el sebo de los muchos capones faenados y el típico hedor a grasa rancia inundaba el ambiente.

Los caminos, aparte del que unía la Cooperativa de Timaukel con Cámeron, Russfin y Pampa Guanacos, era trillas  infernales llenas de grandes pozas, barro, y el cruce de los turbales solo era posible por aquellos largos “planchones” de troncos de lengas atravesados  donde los vehículos saltaban y saltaban o bien se atascaban en un tronco podrido o faltante . Había que tener bien firmes los músculos para soportar esas travesías. Los vehículos terminaban con los muñones de la dirección sueltos por lo que dirigirlos era un arte. Cuando el tiempo era frío (bajo cero grados), era mas fácil llegar a esos apartados y solitarios lugares, porque los caminos escarchados permitían  a los vehículos  pasar mas fácil por las pozas con gruesas costras de escarcha y el barro no incomodaba. Era común avistar manadas de guanacos, de la piel de sus crías: los chulengos, los naturales confeccionaban delicados cobertores para abrigarse en las noches del frío. 


En las praderas de coirón aparte de zorros y guanacos era posible avistar gandes sectores con madrigueras de cururos  El río grande habitualmente se vadeaba . Recuerdo que en una oportunidad las aguas del río estaban congeladas y simplemente lo crucé por sobre la gruesa capa de hielo, con algunos problemas a la entrada y la salida por que ahí el hielo suele levantarse formado un sector con bolsas de aire que se quiebran al peso del vehículo. El viaje hasta Puerto Arturo era otra odisea, demandaba el día entero y a veces no se podía alcanzar el destino porque se tenia que vadear un riacho  dependiendo del caudal de agua que llevaba. Justo antes de ese río había una derruida cabaña hecha de troncos  horizontales hábilmente encajados para formar las paredes y los cuartos. (Hoy, como lamento no haber llevado una buena cámara digital, espero en el futuro volver allí y quizás encontrar a los descendientes de aquella familia que moraba en Puerto Arturo, y quizás volver a saborear de nuevo un rico café humeante junto al pan caliente recién salido del horno y un suculento plato de centolla. Luego Dar una ojeada para extasiar el alma de los bellos picos que se yerguen junto al seno Almirantazgo, con sus glaciares descolgándose desde lo alto hacia las frías aguas del océano que allí mas parece un gran río...

(1).- Onas, Pueblo indígena natural de la Tierra del Fuego de alta estatura que eran cazadores (Guanacos) y recolectores (Moluscos, huevos de gaviotas y canquenes, etc). Se extinguieron por el brutal encuentro con los colonizadores de la Isla. Muchos de ellos diezmados por las enfermedades que éstos les transmitieron y otros tantos por las balas  de los estancieros para expulsarlos o bien para proteger  su ganado. (Aun conservo una boleadora ona  hecha de granito negro que hallé en el patio de la casa en que moraba en Cámeron).

2.- Puesteros.- Trabajador de las estancias fueguinas, Ovejero, cuidador de las ovejas, El nombre viene del hecho de que estaban a cargo de un “Puesto”, es decir un área de pastoreo  con una casa o cabaña rústica donde ellos podían vivir largo tiempo aislados. 

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