Medio ambiente


Carta abierta  al Presidente Ricardo Lagos por conflicto del Toltén

En ella se resume gran parte de mi posición medioambiental, la misma fue publicada en diversos medios de la época (Julio de 2005)

Excelentísimo Sr. Presidente de la República, Don Ricardo Lagos Escobar. De mi mayor respeto y consideración: Me dirijo a Ud. por este medio, para que pueda tomar conocimiento de un hecho que nos preocupa como habitantes de Villarrica. La empresa Aguas Araucanía S.A. está próxima a iniciar la ejecución del proyecto de construcción de una planta de tratamiento de aguas servidas en Villarrica, para lo cual cuenta con todos los permisos que nuestra permisiva legislación exige. Hago presente también que dicho proyecto se generó a espaldas de la comunidad y particularmente de los habitantes de Villarrica y de la comunidad mapuche de Putúe. A la vez, dicho proyecto constituye una solución que no se condice con las exigencias medioambientales actuales, ya que se trata de una planta del tipo primario asistida por productos químicos algunos de los cuales no son degradables, los que irán a depositarse en el lecho del río Toltén, generando en el tiempo graves problemas de contaminación. Llama también la atención que dicho proyecto haya sido aprobado en base a una simple declaración realizada por la propia empresa ejecutora en la cual señala que esta futura planta tendría un casi nulo impacto ambiental negativo, sin que organismo estatal alguno se haya pronunciado sobre la real validez de dicha declaración. Por otra parte, los usuarios de los servicios que presta Aguas Araucanía de la hoya hidrográfica del Toltén contribuimos a prorrata en la cancelación de los costos de una moderna planta de tratamiento de aguas servidas de tipo secundario construida en Pucón, esto es una Planta de Tratamiento Biológico con Lodos Activados, la cual cumple con todos los estándares internacionalmente exigidos para este tipo de soluciones. La pregunta que nos hacernos es: ¿Por qué quienes vivimos en Villarrica debemos conformarnos con una planta de tratamiento de aguas servidas de inferior calidad?. Si a la larga dicha planta la pagaremos todos los usuarios, ¿Sobre qué premisas se nos ofrece una solución evidentemente transitoria y a la vez con graves riesgos de impacto ambiental negativo? ¿No es mejor dar una solución final y no tener que, a corto plazo, costear una nueva solución, lamentando a la vez los daños ocasionados por la primera? Permítame analizar esta situación desde el punto de vista de nuestra responsabilidad frente al ecosistema en que vivimos, sin pretender otra cosa que enunciar antecedentes de todos conocidos. Si entendemos el desarrollo como toda acción del hombre por mejorar su calidad de vida, dichas acciones tienen siempre un efecto sobre el medioambiente siendo ambos inseparables. El medioambiente, en el cual nuestros hijos deberán sobrevivir, se sigue dañando por las acciones que realizamos en pro de nuestro bienestar, en particular por parte de los medios de producción y entes prestadores de servicios como en el caso que nos ocupa. El resto, nos hemos quedado adormecidos e indiferentes por el llamado opio del confort, que nos alela, esclaviza e impide proyectar en el tiempo los efectos que sobre nosotros mismos tendrán dichas acciones. La cultura de la permisividad, anquilosada en la comodidad o mínimo esfuerzo de nuestros sesudos entes reguladores que tras confortables escritorios avalan la realización de proyectos de incierta viabilidad medioambiental, sumado al carácter competitivo natural de hombres y empresas exacerbados por modelos ultraliberales de crecer a toda costa; nos precipitan y embarcan en soluciones que a poco tiempo de funcionamiento nos percatamos que no eras las mejores, es más muchas de ellas como el en caso de Celco y el río Cruces, nos obligan a lamentar resultados medio ambientales muchas veces irreversibles. Es cierto, durante milenios nos hemos sentido como meros espectadores o usufructuarios del ecosistema. Sin embargo, lentamente hemos aprendido en virtud de nuestros propios errores que somos parte de él. En la actualidad sabemos que debemos logar satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer la posibilidad de que nuestras futuras generaciones puedan satisfacer las propias, esto es lo que llamamos desarrollo sustentable, en otras palabras, debemos asegurar el derecho de nuestros hijos , nietos, tataranietos, etc. de que podrán vivir en un planeta habitable. Por lo expresado precedentemente, se colige que el medioambiente es patrimonio de toda la sociedad (incluido las futuras). Por tanto, no puede ser tratado como un recurso de libre disponibilidad para ser usado para la rápida obtención de utilidades. Resulta imperativo reconocer el rol que cumple el patrimonio natural como proveedor de beneficios a la sociedad (Ejem. el Toltén actual, un hervidero de vida acuática y subacuática, lugar de esparcimiento y recreación de innumerables turistas y connaturales que habitamos a su vera, proveedor además de agua para regadío y abastecedor de agua para numerosos pueblos o ciudades a lo largo de su trayecto). Preservarlo impoluto es obligación de todos. Por último, quiero hacer presente que no somos ecologistas negativos, no nos impacientamos, ni nos negamos al desarrollo, ni a la búsqueda de soluciones que nos debieran dar un mayor confort. Tampoco pretendemos mantener las actuales condiciones de eliminación de excretas vaciándolas eternamente al Toltén, no nos enceguecemos en una defensa irracional sobre especies animales o vegetales, rechazamos la defensa del medioambiente basada en ecologismos emocionales. Procuramos si, la búsqueda de soluciones sabias, equilibradas, quizás no la mas barata, pero si la mejor. Aplaudimos y admiramos las obras de la mano e ingenio humanos, siempre y cuando éstas sean las más sensatas. Creemos que nuestro gobierno, Señor Presidente, no se merece soluciones de tercera clase. Ud. nos ha demostrado que en Chile es posible hacer las cosas bien. No queremos ser cómplices de efectos medioambientales indeseables. Quienes vivimos en Villarrica aspiramos a lo mejor. Por lo anterior, y como estamos ante hechos aparentemente consumados, es que recurrimos a Ud. Sr. Presidente, para que facilite la ocurrencia de voluntad política para no actuar precipitadamente, para que Aguas Araucanía estudie la factibilidad de mejorar el proyecto actual , y esta nueva solución sea consensuada. Mayores antecedentes podemos hacerlos llegar por las vías que se nos indique. Atte. Roberto González Astorga, RUT Nro. 6.336.510-6 Vecino de la comunidad de Putúe, domiciliado además en Fco. Bilbao 375 Presidente del P.R.S.D. Asamblea Comunal Villarrica.